Celebramos el ingreso de Pablo Catatumbo a las
conversaciones de paz en La Habana. Ya el ex presidente Pastrana, ahora enemigo
del diálogo, había puesto en duda la validez del proceso, preguntando en dónde
estaba el ala militarista de las Farc, de la cual hace parte este comandante.
Por Semana sabemos que Catatumbo es uno de los partidarios del diálogo, cuyos
primeros acercamientos se iniciaron antes de la muerte de Cano. La ausencia de
Catatumbo había dado lugar a muchas especulaciones. Los más audaces habían
dicho que éste iba a ser el primer disidente del proceso; decían que el negocio
de coca que tenía en el Cauca era tan bueno que no se podía retirar así no más.
Otro de los colombianos famosos que en estos días
salió a decir que no está de acuerdo con las actuales conversaciones de paz es
el procurador. Este hombre de mentalidad cavernaria, es uno de los principales
opositores del matrimonio entre homosexuales, ha salido a decir que no acepta
la impunidad del marco jurídico para la paz; es decir, la ley por la cual se
debe regir el proceso. El señor dice que la masacre de Bojayá entra a hacer
parte de aquello que no puede perdonarse de ninguna manera. En cambio, los
centenares de masacres cometidas por el paramilitarismo si las debemos olvidar.
Otro que ha salido a hablar contra la paz es el
periodista radial Herwin Hoyos. Sin ninguna argumentación, nos dice que las
actuales conversaciones de La Habana son una farsa; expresión que no deja de
sorprendernos, por su descaro. ¿Qué podrá significar esto? ¿Que los grupos
negociadores están haciéndonos creer que discuten, sin realmente hacerlo? ¿O
que fingen acordar algo que previamente está acordado? ¿Qué podrían ganar con
esto, si todos los acuerdos deben ser refrendados en un plebiscito?
De su parte, el senador Lizcano salió con otra perla:
“la paz es hija de la seguridad democrática”. Como a algunos uribistas les
avergüenza estar contra la paz, han salido con el cuento de que la paz es hija
del señor Uribe, una consecuencia de su belicoso gobierno. ¡Qué padre! ¡No ve
la hora de estar en contra de su hija!