Una de las cosas que más nos duelen del triunfo de Juan Manuel Santos en la primera vuelta de las pasadas elecciones es que las votaciones más altas las haya conseguido entre los sectores más pobres de la población. Probablemente con razón se ha dicho que esos votos fueron conseguidos con la ayuda del programa Familias en Acción; programa mediante el cual el Gobierno subsidia a 2’500.000 familias pobres.
Dicho programa, lejos de mejorar la condición de estas gentes, se ha constituido en una verdadera máquina para producir votos. Este es el programa ideal para hacerle creer a la gente que se está haciendo mucho por ellos, sin hacer nada que los saque de esa condición.
A los partidarios de Mockus nos duele haber perdido tan estrepitosamente y habernos hecho tantas ilusiones con nuestro candidato. El deseo de salir de estos ocho nefastos años de la tan cacareada Seguridad Democrática nos hizo creer que era posible otro Gobierno, dirigido por otras personas diferentes a las que hemos visto durante toda la vida rotándose los puestos y arreglando los contratos.
Tal vez nuestro deseo de ver otro país diferente nos llevó a depositar todas las esperanzas en Mockus. Pero éste, hay que decirlo, no lo hizo bien. Todo el tiempo estuvo inseguro, dubitativo; y en los pocos momentos en que estuvo seguro se equivocó.
Pero ha quedado abierta la puerta para que al menos esta sea la oportunidad de que nazca un movimiento de largo plazo, que empiece desde ahora a crear las condiciones para que algún día podamos vivir en un país donde haya oportunidades para todos.
Hola pero hay indicios de que hubo fraude en las pasadas elecciones hay un correo corriendo en internet que muestra el fraude en el aspecto del preconteo y conteo (no concuerdan) esto en el departamento del Valle del Cauca
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