lunes, 28 de junio de 2010

Filosofía y Política

Ahora que perdimos las elecciones y que tenemos por delante otros cuatro u ocho años más de un Gobierno por el que no votamos, no nos queda más remedio que dedicarnos a pensar qué pudimos haber hecho tan mal, porque hubo un momento en que nuestro triunfo parecía claro.

Pero con sus declaraciones tan contradictorias el candidato Mockus echó a perder todo lo que había avanzado. Comentando el caso con un familiar mayor que yo, me dijo: “no todos servimos para desempeñar cualquier oficio”. No todos podemos ser pilotos de avión, por ejemplo. Y en este caso concreto es difícil que un filósofo pueda competir con un político. En una discusión filosófica se puede decir: “no lo sé; lo voy a investigar”. Pero en política no se puede decir lo mismo. Siempre hay que saber; y si no se sabe hay que decir alguna cosa, aunque sea una mentira.

De repente hasta es probable que sea cierto lo que dijo la derecha por esos días: “El pueblo colombiano no está maduro para tener un presidente como Mockus”. Pero cabe la pregunta: ¿entonces, para qué está preparado este pueblo hoy en día?

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