Como hoy en día se
les ha dado una importancia inusitada a las encuestas, ahora nos han salido los
medios con el cuento de que el 57% de los colombianos no cree que las
conversaciones de paz entre el gobierno y las Farc lleguen a alguna parte. No
sabemos cómo lo midieron. Porque este tipo de mediciones suele ser impreciso;
prueba de ello fueron las últimas elecciones de los Estados Unidos, donde según
todas las encuestas Barack Obama a duras penas empataba con Romney. Pero vimos lo
contrario.
Los que claramente
desean que la guerra continúe son los que se benefician con ella, como los
militares, los contratistas del ejército y los sectores políticos que se la han
jugado toda a la guerra y de un momento a otro no pueden salir a decirnos que
son partidarios de la paz; tal es el caso del uribismo, que se la jugó toda a
la guerra.
Lo que hay que decir
claramente es que esa guerra hoy no tiene ningún sentido. Las Farc no tienen
ninguna fuerza política. Si la tuvieron en otro tiempo, la perdieron con
prácticas como el secuestro. Con más de quince mil secuestros políticos y
extorsivos, las Farc son campeonas en esta aberrante actividad.
A finales del año
pasado se hizo un foro agrario, con la organización del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Proceso de
Paz de la Universidad Nacional de Colombia y de la Oficina de las Naciones
Unidas en Colombia. Uno de los grandes ausentes fue el sector ganadero,
representado por el señor José Félix Lafourie, que dijo
inicialmente que las Farc estaban detrás de la organización del foro. Después
dijo que los ganaderos eran las principales víctimas de esa guerra y que por
tanto no se harían presentes en el foro.
1.
Realización de un censo agrícola, para
poder diagnosticar la situación real del campo y de
las comunidades que viven de trabajo de la tierra.
2.
Distribución de la tierra
y sus usos. Según Eberto Diaz, de la Mesa de Unidad Agraria, “cerca de 21
millones de hectáreas son aptas para la explotación agrícola pero solo 4
millones son usadas para ese fin. Mientras que en la ganadería sólo 20 millones
de hectáreas son aptas para esa actividad, se están usando 38 millones, es
decir le están quitando espacio al agro."
3.
Política de tierras con
enfoque diferencial. “Comunidades campesinas, indígenas, de afro descendientes,
de mujeres, de jóvenes y de víctimas del desplazamiento y del conflicto
colombiano, entre otros, aseguraron que una de las fallas que han tenido los
programas del gobierno es que se desconoce que las culturas y características
diferenciales de cada población y cada territorio”.
4.
Políticas de desarrollo social. "Los peores indicadores de desarrollo social y humano
se presentan en el campo. Dos de cada tres personas están en la pobreza y una
quinta parte en indigencia. No hay cobertura en salud y educación y los
servicios públicos son deficientes", Santiago Perry, Secretario Técnico del Grupo Dialogo Rural Colombia.
5.
Infraestructura y modernización del
campo. Otra manifestación del olvido del campo es, según Rafael Mejía de
la SAC, el atraso en la infraestructura vial, de telecomunicaciones, de riego y
de equipos automotores hecho que ha limitado el desarrollo rural.
6.
Extensión de formas de titulación
colectiva. De acuerdo con las conclusiones del foro,
la mayoría de tenedores de predios y de pequeños productores campesinos,
indígenas y afro descendientes, no han podido legalizar sus tierras, motivo por
el cual, la titulación de las tierras es uno de los problemas más urgentes a
solucionar.
7.
Garantías para el retorno y la
restitución. La ley de tierras es una ley para restituirles la tierra a los que
han sido despojados de ella. Pero no hay que hacerla pasar como una reforma
agraria.
8.
Inversión extranjera. Los
participantes dijeron: "Proponemos límites a la inversión extranjera y a
la acción de las trasnacionales, debido particularmente a lo que hace
referencia a los efectos ambientales, a los derechos de los trabajadores y la
propiedad de la tierra”.