domingo, 23 de agosto de 2009

La nostalgia y la música en Luis Carlos López

En casi todos sus poemas, Luis Carlos López (“el tuerto”) termina burlándose de lo que ha dicho o de él mismo; en todos, menos en uno: el que le dedica a Basilio, algún organillero de la Cartagena de comienzos del siglo XX. En nuestra opinión, este es uno de esos poemas que se escriben con el corazón en la mano. Por último, obsérvese cómo las palabras viejo y dejo, se alternan en las estrofas, y son las que le dan la música al poema.

A Basilio.

Tu organillo triste, tu organillo viejo,
Cuando a medianoche, bajo los balcones,
Gime dulcemente con amargo dejo,
De seguro arrulla muchos corazones

Tu organillo triste, de sentidos sones,
Que refresca el alma con su amargo dejo,
Mientras acaricia mis desilusiones,
Cuántas cosas dice tu organillo viejo…

Cuando a medianoche, bajo los balcones,
Gime tu organillo de dolientes sones,
Con plañir mimoso, con amargo dejo,

De seguro arrulla muchos corazones,
Mientras acaricia mis desilusiones
Tu organillo triste, tu organillo viejo

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