jueves, 12 de marzo de 2009

¿Para qué escribir recuerdos?

28. Del ‘Diario de un escritor’ de Dostoievski:

“Por aquel entonces, hace aproximadamente un año, trabajaba en la redacción de algunos periódicos, escribía artículos y estaba fervientemente convencido de que algún día triunfaría con una obra estupenda, de gran aliento. Y por aquel entonces dedicaba más mis afanes a una extensa novela. Mas todo ha parado en una cama de hospital donde me encuentro, y creo que no tardaré en morir. Y si he de morir, me preguntaréis, ¿para qué escribir recuerdos?

“No puedo apartar un momento de mi memoria este amargo y último año de mi vida. Necesito dejarlo escrito, porque creo que si no fuera por esta ocupación, ya me hubiese muerto de pena. Las impresiones del pasado me excitan a veces hasta producirme una dolorosa, una mortal angustia, y al escribirlas mitigaré su efecto, las apaciguaré; perderán esa fuerza que tienen de delirio y de pesadilla. Así me lo figuro. El mero ejercicio de escribir ya tiene su virtud. Me calmará, me refrescará, despertará en mí los viejos hábitos de literato, convertirá mis recuerdos, mis sueños enfermizos, en trabajo, en ocupación… Si, es una buena idea. Además podré dejarle algo a mi enfermero, aunque haya de embutir mi manuscrito en las rendijas de la ventana para que no le pase el aire cuando llegue el invierno”.

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