viernes, 15 de mayo de 2009

El hijo del profesor Moncayo

En Colombia hemos batido un record como para la Historia Universal de la Infamia. ¡Secuestros de más de 11 años! El 21 de diciembre del año 1997, 300 guerrilleros atacaron por sorpresa a un grupo de militares que cuidaban unos equipos de comunicaciones, en lo alto del cerro Patascoy. Del total de los soldados que hacían el turno, 22 murieron en el ataque, 3 escaparon y 18 fueron secuestrados. De los 18, después fueron liberados 16.
De los dos que quedaron secuestrados, apenas supimos hace dos años que estaban vivos, cuando aparecieron sorpresivamente en unos videos enviados por la guerrilla con pruebas de supervivencia de las personas que tienen en su poder.
Uno piensa que el secuestrador retiene al secuestrado con el ánimo de ejercer presión sobre otro u otros, sea el gobierno o su familia, para que entreguen algún dinero o accedan a alguna petición. Es horrible, pero esa es su lógica. Pero si ésos otros ni siquiera saben que aquél está secuestrado, no queda claro cuál sea el objeto.
Uno de ellos es el cabo Moncayo. Cuando sus padres se enteraron de que su hijo estaba en esa condición, después de haberlo dado por muerto durante casi nueve años, optaron por salir a caminar desde su lejano Sandoná hasta Bogotá; algo más de mil kilómetros. En el desamparo en que se encontraban, ¿qué más hacían? Muchas personas se les sumaron por el camino. En Bogotá, se encontraron con un presidente pendenciero y paranoico, que les salió al encuentro en el parque de Bolívar, y les dejó claro que su gobierno no movería un dedo para liberar a su hijo. Desconsolado, su padre siguió hasta Venezuela, en busca del apoyo del presidente Chávez, que en otras ocasiones, por solicitud de nuestro gobierno, ha colaborado en estos trances. Después viajó a Europa y habló hasta con el Papa. Pero de poco le ha servido su peregrinar…, hasta ahora. Claro que si se hubiera quedado en su pueblo quejándose habría hecho menos…
Entretanto sus secuestradores se han decidido a entregarlo, probablemente analizando la ineficacia de su acción. ¿A cuenta de qué le han robado más de 11 años de vida? ¿Que hay guerrilleros presos? Si, los hay. Pero saben en dónde están, se pueden enfermar, sus familiares los pueden visitar, pueden recibir mensajes, etc.
Para su devolución, la guerrilla ha puesto sólo una condición: que la mediadora sea la senadora Piedad Córdoba, del partido liberal, que ya ha participado por solicitud de este mismo gobierno en otras liberaciones. Pero ahora, curiosamente, el gobierno se ha opuesto a su gestión, alegando que sería un punto político a favor de ella. Claro que el gobierno, negándose y haciéndose el duro, se gana el punto.
¡Libérenlo y déjenlo liberar, por Dios!

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